––––•(-• Mar del Alma •-)•––––

En Rosario, hay dos fechas en las que la ciudad se transforma por completo y deja de ser lo que es habitualmente.
Una es el día del amigo. Dicen, que en ninguna parte se festeja como aquí.
Y otra es el día del clásico: NOB-Central.
Para ser más exacta, diría que la ciudad cambia días antes del partido.
La gente da fe de los colores que defiende, habla fuerte, amenaza... y dice: porque nosotros... y porque ustedes...
Aunque nunca el nosotros y el ustedes hayan pateado una sola pelota.
Aparecen camisetas, los cantos, las charlas de café, definiendo casi a gritos, estrategias de juego como si fuésemos los mejores DT.
Es una  metamorfosis que culmina unos días después de los 90 minutos, cuando los ganadores, se cansan de "curtir" al perdedor de turno, y todo vuelve a la normalidad.
Las amistades se retoman, y el jefe vuelve a ser jefe y la tranquila ama de casa también.
Pero en ese período, se despierta una pasión, una vehemencia, que se respira en todos los rincones.
Casi nadie está ajeno.
En definitiva eso, es el fútbol...