2 de abril de 1982
4/05/2011
Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar.
"¡Las Malvinas, Argentinas!",
clama el viento y ruge el mar.
Yo sé que la cáscara de "invencible" a veces se cuartea, dejando salir las imágenes, los sonidos. Fragmentos estallados de recuerdos que arden en la memoria, y que a pesar del tiempo no pierden fuerza.
Es cuando regresan los rostros idos, fugados por el paso del tiempo o la bala de un fusil.
Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
y en su azul se tiñe el mar.
¡Por ausente, por vencido
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido;
de la patria en la extensión!
Y una vez más, desplegás los artilugios que te inventaste, destinados a cubrir esa caja de Pandora, para retener los demonios que gritan dentro y no estallar.
Porque se supone que seas igual a los demás (como si se pudiera cargar una guerra y ser igual...)
Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón? ...
¡Ningún suelo más querido,
de la patria en la extensión.
¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal :
"Las Malvinas, Argentinas
en dominio ya inmortal"!
Me recuerdo escribiendo de orgullo y agradecimiento, largas cartas plegadas con insistencia, fervorosas ocupantes de sobres hinchados con aroma a sur.
Me veo hoy, y sé que lo que siento, no cambió.
Y ante el sol de nuestro emblema,
pura, nítida y triunfal,
brille ¡oh Patria!, en tu diadema
la perdida perla austral.
¡Para honor de nuestro emblema
para orgullo nacional,
brille ¡oh Patria!, en tu diadema
la pérdida perla austral.
Gracias.
5 de abril de 2011, 21:03
Memoria... respeto, recuerdo, dolor... pero por siempre memoria!