QUEJAS DE BANDONEÓN
12/31/2008
Ese año no había sido especialmente bueno, tampoco malo, para la mayoría de la gente.
Subieron los impuestos, boca salió campeón, un escándalo obligó a un diputado renunciar mientras juraba su inocencia.
El del 8vo engañaba a su mujer, la estrellita de moda se casaba, la portera (como años anteriores) lo miraba como si fuera un pervertido...
Para la mayoría, solo pasaron cosas.
No comprendía por qué todos actuaban como si el cambio de almanaque fuera a traer eso que tanto repetían en cursis tarjetas por estos días.
Paz? Amor?
La paz había terminado el día en que ella se fue, el amor, temía, estaba perdido desde antes...
Miró el reloj en la pared, -Falta poco para las 12 -calculó y suspiró mirando sus zapatos de cuero negros relucientes comprados el día anterior, en cuotas.
Por la ventana el reflejo de fuegos de artificio tempraneros iluminaban su rostro vacío de expresión.
Sonaba un tango en el pasillo del edificio. Algún solitario caníbal como él, desafiando la fecha con quejas de bandoneón, pensó.
10!... 9!...
Gritaban en la calle. Y él recordó una vez más, sus ojos rasgados atravesándole el alma como afiladas cuchillas de acero templado. Maldijo el no poder dejar de amarla ni siquiera en este momento en que el cuerpo le exigía extraviarla de su memoria.
8!... 7!...
El ascensor inició su recorrido desde la planta baja. Y escuchó la puerta abriéndose en un piso ajeno, las voces perdiéndose en saludos de última hora.
Tantas veces la había adivinado llegando, los pasos pequeños y apurados, el ruido de la llave girando en la puerta... y no fue capaz de intuir el camino inverso.
6!... 5!...
Los acordes se aceleraban y también su corazón lleno de alcohol y recuerdos. De ella recibiéndolo, dócil, mansa, para cumplir la metamorfosis generada por el deseo y convertirse en la fiera que mordía su boca cn furia y arañaba su espalda marcando infinitos caminos...
4!... 3!...
Apuró el trago y dejó el vaso sobre la mesa ratona al lado del sofá. Tomó el arma con toda la tranquilidad del mundo, del que tiene la certeza de lo inevitable.
2!... 1!...
-Feliz año. -masculló con la boca pastosa, amarga. Cerró los ojos aferrándose a un último beso y apuntó a su sien.
El sonido se mezcló con los ruidos de la noche y la sangre con el tapizado aterciopelado.
Lejos. Una mujer levanta su copa... Y llora ausencia, mientras escucha los acordes de un tango que ya termina.
31 de diciembre de 2008, 17:01
Simplemente, precioso.
Pero le aconsejo no perderse en ese lago.