LLORAR A LÁGRIMA VIVA DE OLIVERIO GIRONDO
12/04/2008
Hay días... en que el sol está de más
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
6 de diciembre de 2008, 21:05
Muy bonito, pero por qué llorar tanto?
7 de diciembre de 2008, 20:02
Llorar es una descarga
Y a veces los dolores, las penas, lo que nos angustia es tan grande,
que un par de lágrimas se vuelven insuficientes para aliviarlas
Por eso a veces es necesario llorarse todo y con todo el cuerpo.