––––•(-• Mar del Alma •-)•––––

Se me antoja mirarme en tus ojos, oírme en tus labios y saborearme en tu piel.
Se me antoja morirme en tus brazos. Besarte, tocarte, saborearte, escapar.
Volver junto a ti enseguida para oler nuevamente el aroma de tu pecho, y sentir la seda de tu espalda pasando entre mis dedos.
Se me antoja huir contigo a lo más lejano, donde nada ni nadie pueda encontrarnos, para que seas mía solamente, y que nadie vea la belleza de tu rostro.
Se me antoja estar a tu lado, velando tu sueño…
Sosteniendo tu mano…
Sintiendo tu aliento en mi mejilla…
Recibiendo tu calor en mi piel…
En esa paz me gustaría vivir…
Pero de pronto todo se agita. La paz se convierte en fuego y completamente fuera de mi, se me antoja tomarte, poseerte, recorrer cada tramo de tu piel, apretarte, estrujarte, hacerte vibrar y sentirte volar.
Sentir que en cada suspiro se te escapa la vida, y ver tus ojos abiertos, buscando la luz.
Se me antoja mirarte naufragando en el mar de mis besos, bajo el sol de mis caricias, y respirando el abrasador fuego de mi respiración.
Gritando, desvariando, exigiendo, pidiendo, suplicando, rogando.
Y has exhalado el último suspiro, siempre se me antoja verte renacer entre mis brazos y escuchar de tus labios la única verdad que me interesa oir…
“Te amo”.

Ésta preciosura la escribió Gatoprieto en México. Previo pedido de permiso al autor y promesa mediante de mostrarme más (cosa que no cumpliera), la comparto.
Es una manera hermosa de poner en palabras, el deseo, la intensidad, las ganas de amar y me encantó.