Particularidades vecinales  

11/07/2010



Hay como 30 grados de temperatura y el viento caliente sopla enloquecido. Aprovecho y lavo pilas de ropa. Es increíble que digamos; "no tengo nada que ponerme", y yo tenga que tanto que lavar...

Voy a la terraza. Mis vecinos de al lado viven una loca fiesta de alcohol desde la noche anterior.


Están alegres, ríen, gritan. Me asombra como la garganta y el cuerpo les aguanta.

Reunidos en su patio vociferan: mi amor! y llenan el aire de carcajadas ruidosas.

Cuelgo la ropa apresurada, intentando pasar desapercibida, no tengo ganas de sonreirles, ni de ser amable, ni nada. 

Qué cómico sería si alguien me viera en este momento moverme por la terraza encorvada, aplastada por un techo invisible, pero así estoy.


Hay lugares libres en la soga y concluyo que algo se debe haber volado.  Entonces me acerco un poco a la otra casa lindera que a diferencia de la anterior, está sumida en un profundo silencio de siesta.

Me asomo, solo un poco, intentando descubrir si mi ropa era parte de la cucha de su perro-murciélago (sostengo la teoría de que un bicho tan feo, debe ser mutante y no canino 100%)

En el patio, el hijo de mi vecino, completamente desnudo excepto por sus zapatillas negras estaba agazapado y en posición de ataque frente a un gato en alerta que lo miraba amenazante, mientras reculaba sobre sus pasos con el pelo erizado.

Me levanté y dí unos pasos para atrás. A mis espaldas sonó de nuevo un mi amor! etílico.

Junté mis cosas con prisa  y bajé pensando en que es mejor terminar después.

Mientras, dilucido si mudarme o sumarme a las particularidades de mis vecinos, y salir a mi patio adornada con alguna flor en el pelo bailando desnuda al grito de libertad! libertad! libertad!

Total, a quién le va a importar?

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