Sigmund Freud: “Conferencias de introducción al psicoanálisis”. Conferencia nro 1. Introducción.  

10/13/2010

y vos querés ser psicoanalista?

El psicoanálisis y una nueva dimensión de lo psíquico.

 

Sigmund Freud: “Conferencias de introducción al psicoanálisis”
(RESUMEN)

Conferencia nro 1. Introducción.


Puedo dar por supuesto que uds. Saben que el psicoanálisis es una modalidad de tratamiento médico de pacientes neuróticos. Y puedo darle ejemplos de cómo muchas cosas ocurren al revés de la medicina habitual.
En ésta le damos a los pacientes seguridades sobre el éxito del tratamiento. A un neurótico le exponemos las dificultades del método, su duración, los sacrificios y no aseguramos resultados.
Les presentaré las deficiencias inherentes a la enseñanza del psicoanálisis y las dificultades con quien tropieza quien quiera formarse un juicio personal de él.

Primero están las de instrucción, las de la enseñanza del psicoanálisis. En la enseñanza médica se han acostumbrado a ver. Ven los síntomas de su enfermedad. En el psicoanálisis todo es diverso. En el tratamiento analítico no ocurre otra cosa que un intercambio de palabras entre el analizado y el médico. El paciente habla, cuenta sus vivencias pasadas y sus impresiones presentes, se queja, confiesa sus deseos y sus mociones afectivas. El médico escucha, procura dirigir las ilaciones de pensamientos del paciente, empuja su atención a ciertas direcciones, le da esclarecimientos y observa sus reacciones.
Las palabras despiertan sentimientos y son el medio universal con que los hombres se influyen unos a otros. Por eso no hay que despreciar el empleo de las palabras en la psicoterapia.
La conversación en que consiste el tratamiento psicoanalítico no soporta terceros oyentes. Es que las comunicaciones tocan lo más íntimo de la vida anímica del paciente, todo lo que tiene que ocultar a los demás y lo que no quiere confesarse a sí mismo.
Ahora bien, tienen todo el derecho a preguntarse, si no existe ninguna certificación objetiva del psicoanálisis, ni posibilidad alguna de hacer demostración pública de él, cómo se puede aprenderlo y convencerse de la verdad de sus aseveraciones?
Desde luego existe un camino transitable. El psicoanálisis se aprende primero en uno mismo. Por esta vía se obtiene la convicción acerca de la realidad de los procesos que el psicoanálisis describe y acerca de lo correcto de sus concepciones. Ahora por este camino los progresos son limitados. Más lejos se llega si uno se analiza con un analista.

Hay una segunda dificultad en relación a que hayan cultivado hasta ahora estudios de medicina: esta formación previa ha de apartarlos mucho del psicoanálisis. El pensamiento psicológico les es ajeno.
El psicoanálisis quiere dar a la psiquiatría esa base psicológica que pueda volver inteligible el encuentro de la perturbación corporal con la perturbación anímica.
Con este fin debe mantenerse libre de cualquier presupuesto ajeno de naturaleza anatómica, química y fisiológica.

La siguiente dificultad tiene que ver con dos aseveraciones del psicoanálisis:
La primera dice que los procesos anímicos son en sí y por sí, inconcientes y los procesos concientes son apenas actos singulares y partes de la vida anímica total.
Esto a pesar de la creencia habitual de la conciencia como sinónimo de lo psíquico.
El segundo enunciado del psicoanálisis contiene la aseveración de que las mociones pulsionales no pueden designarse sino como sexuales y desempeña un papel importante en la causación de enfermedades nerviosas y mentales y que esas mismas participan en las más elevadas creaciones culturales, artísticas y sociales del espíritu humano.
La repulsa por este resultado de la investigación psicoanalítica es la fuente de resistencia más importante con la que se ha chocado.
Creemos que la cultura fue creada bajo fuerzas pulsionales, sexuales mayormente, que son sublimadas, desviadas de las metas sexuales y dirigidas a otras que ya no lo son.
La sociedad no discierne amenaza mayor a su cultura que la eventual emancipación de las pulsiones sexuales y el regreso de ellas a sus metas originarias. Por eso no tiene interés alguno en que se reconozca la fuerza de las pulsiones sexuales y se ponga en claro la importancia que la vida sexual posee para los individuos.
Por eso no soporta el hallazgo psicoanalítico.

Éstas serían algunas de las dificultades que le saldrían al paso si uds se ocuparan del psicoanálisis.

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