-Cacho arrímese que está un poco lejos y hace frío...
-Acá estoy Regalada
-Charlamos menos Cacho, qué nos pasa?
-Cosas de la vida...
-Precisamente de eso podemos hablar...
Vió que época extraña estamos viviendo?
- A qué se refiere?
-Digo, que está todo patas para arriba y eso me descoloca un poco.
Nunca creí posible que en la Argentina no se consiguiera carne, o que la soja tan alabada un tiempo atrás ahora sea la madre de todos los males, que los piqueteros sean oficialistas, que los del campo sean piqueteros, que el humo no nos deje respirar en las ciudades...
-Tiempos extraños, si se quiere...
-Creo que sí, y eso pone de mal humor a la gente, lo noto en la calle. En la pesadumbre y en comentarios como: -vaya a saber en qué termina esto, -está todo mal, -así estamos (acompañando el dicho con un movimiento de negación con la cabeza, la mirada perdida, igualito a cuando se saluda al deudo en un velatorio...)
Y así transcurren nuestros días, escuchando cruces de acusaciones, teorías, chistes, rumores.
Y nos llenamos de miedos porque todo se vuelve peligrosamente incierto.
Y somos como chicos, que esperan que los adultos se pongan de acuerdo y no nos den la pesada tarea de decidir...
-De hecho sí, lo hacemos Regalada, cada vez que votamos
-Es cierto. Por qué votaremos tan mal? o en todo caso, por qué repetimos la historia?
-Supongo que porque no aprendemos la lección o porque olvidamos muy rápido.
-Entonces es como digo, seguimos siendo niños...
Pobre Argentina...
-Una taza de café regalada?
-Dele Cacho, dulce.
Para amarga está la realidad.